Es realmente impactante y triste cuando un joven de tan solo veinte años, como Jorge Iglesias Oricheta, deportista ejemplar y estudiante universitario prometedor, nos deja de manera repentina. Su fallecimiento inesperado en su casa mientras estudiaba ha conmocionado a su comunidad, a la familia de la lucha leonesa y a todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo.
Jorge era más que un talentoso luchador; era un joven querido y respetado por su ejemplaridad en su comportamiento tanto en la lucha leonesa como en su vida cotidiana. Su partida ha dejado un vacío profundo en la sociedad y en el ámbito universitario, donde se destacaba tanto en sus estudios de Ingeniería como en su compromiso con el deporte.
Es difícil no recordar que Jorge participó en su último evento deportivo apenas unos días antes de su trágica partida. A pesar de que ya se había clasificado entre los cuatro primeros en el corro de lucha de las Manzanedas, decidió asistir a la entrega de trofeos, demostrando su humildad y su cariño por la comunidad. Su espíritu desprendía generosidad y amor por sus raíces, como lo demostraba su conexión con su familia en Orzonaga y su apellido, Oricheta.
La repentina pérdida de Jorge deja un hueco imposible de llenar, pero su legado de excelencia deportiva, carácter ejemplar y amor por su comunidad perdurarán en los corazones de quienes tuvieron el honor de conocerlo. Que descanse en paz.
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